lunes, 22 de octubre de 2007

Una fiscalidad justa ¿incrementaría el empleo?

El Gobierno debería anteponer sobre su voracidad-necesidad recaudatoria la justicia de sus leyes fiscales, adecuándolas al momento socioeconómico, estudiando con cariño cada una de las actividades que desarrolla ese enorme contingente que suponen las empresas pequeñas y medianas, verdadero motor que podría resolver el gran problema nacional del desempleo.

Por ello veo con simpatía esas noticias provenientes de algunos Ayuntamientos anunciando la reducción de determinados impuestos (porque se han dado cuenta son excesivos) tales como tasas sobre vados, I.B.I. (impuesto sobre bienes inmuebles), I.A.E. (impuesto de actividades económicas), etc. etc.

Todos conocemos algún empresario que se ha visto obligado al cierre de su negocio por el agobio de las cargas que soporta, en especial del I.A.E. Y no es sólo por lo injustas que resultan sino por lo enrevesado y dificultoso de "su papeleo", primero para conseguir su autorización y luego para su adecuada explotación.
En general abogo por la ventanilla única, la documentación sencilla, el acoger y responder a todas las reclamaciones de los contribuyentes, simplificando su tramitación y, por supuesto, no esconderse bajo "el silencio administrativo" que,beneficiándoles, faculta a la administración a mandar directamente los escritos a la papelera sin ninguna responsabilidad por su parte.

Menos suntuosidad en los edificios recaudatorios y más humanidad en el trato hacia los "sujetos pasivos". ¿Sobre que justicia distributiva puede estar pensando el sufrido contribuyente mientras espera pacientemente su turno en "las absurdas y largas colas"?
Y ¿que podemos opinar sobre la falta de sensibilidad de la administración cuando los recibos pasan a "la ejecutiva"?. Otro comportamiento podría llevar a una mayor recaudación, dando facilidades a la cancelación, con aplazamiento o reducción de la deuda, siendo mas sensibles a la lógica de las reclamaciones o manifestaciones que a una rigidez de normas que el común de los ciudadanos difícilmente comprende. En definitiva estar más con el pueblo que contra el pueblo, aplicar más el espíritu de la ley que la letra de la "abigarrada legislación" sólo inteligible para los profesionales del derecho.

Y por último, ¿que pensar sobre la elección de algunas fechas de vencimiento de pago? Vbgr. el 10 de agosto terminaba el del I.B.I. ¿no se habrá buscado esta fecha con el fin de que el mayor número de granadinos paguen con recargo?

A la larga, todo lo que sea "levantar la bota" acarrearía ventajas tanto a los administrados como a la administración. Estas medidas si fuesen acompañadas de una flexibilidad en la contratación, con incentivos a la productividad, ayudarían a sacarnos de este "agujero" que, pese a los datos "menos malos" facilitados por el Gobierno de los últimos meses, sigue siendo trágico. O no lo es que casi tres millones de familias no encuentren trabajo.
J.Bolívar G.Urda
Publicado en LA CRONICA viernes 11 Agosto 1995 pg 36.