jueves, 12 de noviembre de 2009

2009,1111 ABORTO SI, ABORTO NO

El presidente de la Conferencia Episcopal ha alzado la voz contra los políticos católicos que voten afirmativamente la nueva ley del aborto. Incurren en “pecado público”. Y ¿qué pasa con los que votaron la actual, bajo la cual se vienen eliminando más de cien mil vidas al año?
Los que sean ateos, agnósticos e incluso “católicos no practicantes” no se pongan nerviosos diciendo que la iglesia se inmiscuye en asuntos que no le competen. Queden tranquilos. No habla para ellos.
Para mí, como católico, quien no respeta la vida, tanto por acción como por omisión, tanto si ha salido a luz como si aún se encuentra en el claustro materno, siempre será un acto cruel “contra la humanidad” con independencia de lo que opine el gobierno de turno.
Es tremendo comprobar cómo la tibieza de los políticos, ante cuestión tan grave, puede llegar a aprobar una ley tan descabellada como la que ahora se discute. Considerar un derecho lo que siempre ha sido un delito no justifica la matanza de inocentes.
Ya sabemos que cambiar la ley electoral es tabú para todos los gobiernos pero, al menos, si se consiguiese que las votaciones fueran secretas en los parlamentos, sin que la desobediencia al jefe de fila trajese consigo la pérdida del escaño, sería un gran paso en la democratización de las instituciones.

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